Disgregación del ruido producido por vehículos individuales para mitigar la contaminación acústica

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El proyecto DRUIDA persigue implementar un sistema para identificar la responsabilidad individual que tiene cada vehículo sobre la contaminación acústica de la ciudad.

Disgregación del ruido producido por vehículos individuales para mitigar la contaminación acústica

César Asensio Rivera, Investigador, Grupo de Investigación en Instrumentación y Acústica Aplicada, Universidad Politécnica de Madrid

Ignacio Pavón García, Profesor, Grupo de Investigación en Instrumentación y Acústica Aplicada, Universidad Politécnica de Madrid

 

Dicha discriminación se realizará en función del número de personas que se ven afectadas por el ruido que hace el vehículo al circular, y será diferente en función del tipo de vehículo, de su estado de mantenimiento, la velocidad de circulación, o los hábitos del conductor, atendiendo además a la duración y trazado de los trayectos, con lo que penalizará la circulación por las zonas más pobladas, o más sensibles al ruido. DRUIDA permitirá implementar nuevos modelos de gestión participativa del ruido en las ciudades inteligentes, fomentando conductas proambientales y desincentivando el uso del vehículo privado en función de la molestia que produce el ruido emitido.

Superar los actuales controles

Actualmente, el control del ruido de tráfico en los entornos urbanos europeos se centra en: a) Inspección acústica de vehículos; b) pavimentos fonoabsorbentes; c) barreras acústicas; d) aislamiento acústico de fachadas; e) fachadas vegetales absorbentes; f) planificación urbanística; y, g) restricción de tráfico. Algunas de las ciudades más pobladas cuentan con redes de monitorización de ruido para diagnosticar el problema e informar a la población.

El modelo de la mayoría de las redes de monitorizado de ruido ambiental actualmente en explotación, basado en la obtención de niveles sonoros, su almacenamiento en BBDD y su posterior procesado con la única finalidad de realizar diagnósticos de la situación acústica, debe complementarse con nuevas funcionalidades, más allá de la simple diagnosis. Es imprescindible disponer de redes que permitan, no sólo diagnosticar, sino también tomar decisiones en muy corto plazo de tiempo (idealmente en tiempo real o cuasi real), con objeto de reducir el nivel de contaminación acústica en las ciudades.

La presente propuesta (Proyecto DRUIDA) pretende iniciar un recorrido hacia la implantación de futuras políticas basadas en la gestión participativa del ruido, que permita reducir las emisiones en determinados sectores del territorio declarados como Low (Noise) Emission Zones (LNEZ), empleando dos estrategias de largo plazo: a) una distribución diferenciada de los costes del ruido entre los vehículos que los originan, para conseguir a futuro: b) un incremento de la conducta proambiental sobre este contaminante. Se trata de un enfoque complementario y no excluyente a los enfoques tradicionales, con el objetivo puesto en avanzar hacia la sostenibilidad del transporte, repercutiendo los costes asociados al ruido de cada vehículo en función de su aportación individual.

DRUIDA pretende restringir, disuadir o desincentivar el acceso de vehículos a determinadas áreas acústicamente saturadas donde se superan los objetivos de calidad acústica. Para ello, resulta necesario establecer mecanismos equitativos que permitan desagregar la aportación a la contaminación acústica por parte de cada vehículo de forma independiente y diferenciada, discriminando entre tipologías de vehículos, tiempo de permanencia en la zona, recorrido, tipo de conducción y población afectada, y para ello es indispensable el uso de las TIC, soluciones IoT, minería de datos, big data e inteligencia artificial.

Hipótesis y objetivos

DRUIDA se soporta sobre la hipótesis principal de que repercutir sobre los usuarios los costes asociados al ruido de tráfico que sus propios vehículos generan logrará desincentivar el uso de vehículos privados y modificar el comportamiento de los conductores más ruidosos [Ibarra, D, et. al., 2012], provocando una reducción de la contaminación acústica en determinadas zonas que requieran protección acústica. Para lograrlo, DRUIDA propondrá herramientas facilitadoras para la implantación de modelos participativos de gestión del tráfico, que permitan corresponsabilizar al conductor respecto a las emisiones contaminantes, en busca de una movilidad sostenible en las ciudades.

Así, las emisiones acústicas de cada vehículo no se valorarán directamente en función de los decibelios emitidos, sino en función de los efectos que producen dichos decibelios sobre las personas. Los modelos determinarán la contribución de un vehículo en función de los siguientes aspectos:

  • Población afectada por el ruido emitido por el vehículo a lo largo de su recorrido.
  • Distancia recorrida y duración del trayecto.
  • Rebasamiento de los objetivos de calidad acústica definidos en cada área y en cada tramo horario (día, tarde y noche).
  • Emisión acústica, que depende del tipo de vehículo, la velocidad de circulación, aceleración, el estado de mantenimiento del vehículo, el tipo de superficie de rodadura, y el tipo de conducción.

Según la hipótesis planteada, la monetización de estos modelos, y la información al usuario mientras utiliza el vehículo, permitirán a los conductores definir y ajustar sus rutas con criterios económico-ambientales. Los resultados de este proyecto servirán de punto de partida para la implementación de futuras políticas de gestión participativa del tráfico, mediante las que los usuarios decidirán sus propias rutas y horarios, añadiendo a la toma de decisiones factores económicos (desde el punto de vista del usuario), o medioambientales (desde el punto de vista de la ciudad).

Más información e infografías

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